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Del GIJA y el GNEA

 

La venta de gas boliviano a la Argentina, no deja de ser un tema clave para ambas economías. Bolivia tiene mercado y la Argentina tiene de donde importar Gas Natural barato para sustentar su matriz energética. Sin embargo, no todo se reduce a esta interdependencia de tener mercado y la fuente de importación. También son importantes algunos otros factores.

Por ejemplo, hay que asegurarse que haya transporte para ese mercado y parece ser que ni la Argentina ni Bolivia tienen totalmente resuelto este problema. Según Hector García, socio director de Resorces Energy Consulting, la compra-venta de Gas Natural boliviano no representa problemas hasta los 5 MMmcd pero, más allá de esa cantidad, exigiría pensar necesariamente en nueva infraestructura de transporte como la construcción comprometida del Gasoducto Internacional Juana Azurduy de Padilla (GIJA).
http://www.energypress.com.bo/editorial.php

Según lo expresado por García a la revista Tecnoil, si no se efectiviza este gasoducto será difícil que Bolivia pueda exportar mas de 6 MMmcd aunque considera que igualmente difícil le resultaría a nuestro país cumplir con los compromisos a la Argentina si el Brasil decidiera pedir 31 MMmcd.

Para García está claro que “..si Brasil pide más, hay menos gas para Argentina. Esta es la realidad hoy, digamos en 2010”. En este marco, queda clara la posición estratégica del Gas Natural boliviano en la región, aunque tampoco se despejan incertidumbres en relación a la cantidad de reservas de gas que tenemos toda vez que hasta la fecha estas no han podido ser recertificadas.

“Si se suma la cantidad comprometida de todos los productores que tienen gas y programas de desarrollo, se llega a 75 MMmcd. Nada más hasta 2016 o 2017, cuando empiezan a declinar algunos campos importantes de ese país. Después ingresamos en una etapa de duda, no hay una documentación fehaciente que diga que habrá más gas “nuevo” después de 2917”, afirma García.

En relación al Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), señala que “se trata de un proyecto ambicioso, una deuda que el país tiene con la región mesopotámica pero pagar deudas en épocas de escasez es muy difícil, no creo que este sea el momento. El GNEA se va a hacer cuando Bolivia certifique plenamente que tiene el gas para llenar los 27 MMmcd. De lo contrario, no se justifica hacer un gasoducto que pueda costar entre 1.800 y 2.000 millones de dólares”.

Puestas así las cosas, no desaparece nuestra situación estratégica como proveedor energético en la región, sin embargo, exige que el Gobierno de Morales haga lo suyo para agilizar la certificación de reservas y, por otro lado, comience a demandar el cumplimiento de los acuerdos suscritos con la Argentina, para la construcción del GIJA y el GNEA.

Eso, si solamente mantenemos nuestra condición de simple exportador de materia prima barata. Si pretendemos, además, agregar valor a nuestro gas, las exigencias son mayores y pasan, cuando menos, por establecer una política de Estado en materia energética que regule adecuadamente la situación de los recursos naturales, también dentro de la nueva arquitectura autonómica que, hasta ahora, no ha podido ser socializada y tampoco implementada.

2010 Julio 14 Editorial revista Energy Press Bolivia – La venta de gas boliviano a la Argentina

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